En un mundo cada vez más competitivo, el proveer a los trabajadores de las habilidades que permitan que la globalización se traduzca en nuevos empleos y productividad trae consigo más frutos positivos que negativos, según el reporte “OECD Skills Outlook 2017” que el organismo internacional acaba de dar a conocer.
El reporte permite conocer las diferencias entre países en cuanto a qué tanto han preparado a los trabajadores para que desarrollen las habilidades que les permitan beneficiarse de las cadenas de producción global.
México no está bien. Es de los países sobre los que la OCDE no tiene datos por lo que toca a desarrollar en sus trabajadores las habilidades necesarias de cara a las cadenas globales de producción. Y figura entre el 25% de los países que menos especializados están en preparer a su población en tecnología avanzada y en mejorar la productividad.
Pero además, en un mundo donde cada vez más países cuestionan a la globalización, es importante entender que esta debe traducirse en mejores resultados económicos y sociales, y en ello juega un papel importante desarrollar en los trabajadores competencias que puedan ayudar a las naciones a integrarse en los mercados globales y especializarse en las industrias tecnológicamente más avanzadas.
La OCDE destaca que para integrarse y crecer en los mercados globales, todas las industrias necesitan trabajadores que tengan no solo buenas aptitudes cognitivas (incluidos alfabetismo, nociones de cálculo aritmético y solución de problemas), sino también competencias de Administración y Comunicación, así como disposición para aprender.
La Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo estima que un país con una combinación en sus trabajadores de buenas aptitudes sociales y emocionales con habilidades cognitivas que esté bien alineada con los requerimientos de las industrias de tecnología avanzada puede especializarse en estas industrias un promedio de 10% más que otras naciones.
De ahí, dice la OCDE, que desde la primera infancia y hasta la enseñanza en la edad adulta, los sistemas de educación y capacitación deben dotar a los estudiantes de buenas combinaciones de esas competencias. “Esto exige centrar la atención en las competencias cognitivas al tiempo que se elaboran estrategias de enseñanza innovadoras, flexibilidad en la selección de planes de studio y educación bien concebida para el emprendimiento".
En el reporte se lee que “los países pueden alinear mejor las características de sus competencias con los requerimientos de competencias de las industrias mediante una educación y capacitación técnica, vocacional y profesional de alta calidad, con un buen componente de aprendizaje en el empleo y políticas específicas para fomentar una colaboración más estrecha entre el sector privado, las instituciones de educación superior y los institutos de investigación.
Países que son ejemplo
La OCDE destaca que durante los últimos 15 años, a partir de distintas posiciones iniciales, tanto Corea como Polonia han aumentado su participación en cadenas globales de valor y su especialización en industrias de tecnología avanzada, al tiempo que han mejorado las competencias de su población y logrado ganancias económicas y sociales, con lo que han cosechado los frutos de las cadenas globales de valor.
