“Tenemos una cultura de mala alimentación”, expresó la Maestra Andrea Pedroza Tobías, Investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, ubicada en Morelos, en ponencia que impartió en la Universidad Iberoamericana Campus León.
La investigadora dictó la conferencia "Panorama epidemiológico de las enfermedades crónicas no transmisibles y políticas para su prevención en México", en el marco del arranque de actividades para celebrar el 30 aniversario de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos de la Ibero León, de la que ella es egresada.
Comentó que México destaca a nivel mundial por la prevalencia de obesidad pero además, persiste el problema de la desnutrición. Y advirtió que el problema de obesidad y sobrepeso comienza desde la infancia, etapa en la que se forja la cultura alimenticia. En este sentido consideró que se requiere hacer un cambio de paradigma para comenzar a ver la obesidad como una enfermedad, entonces acudir a un nutriólogo para tratarla, y no esperar a que se derive en otras enfermedades para atenderla.
Respecto a las enfermedades asociadas a la obesidad dijo: “tenemos prevalencias altas de estos casos, a nivel nacional 30 de cada 100 adultos tienen hipertensión… alrededor del 50% de las personas que padecen esta enfermedad no saben que la tienen, y de las que sí saben que la padecen, solamente el 73% recibe tratamiento; y de ese 73% sólo la mitad tiene una cita de control adecuada”.
Sobre la diabetes, que también tiene una relación estrecha con la obesidad, destacó que México está en la lista de los países con mayor prevalencia, con un 14% en el 2014. “Y del 100 de las personas con diabetes solamente la mitad saben que lo padecen, y de esos solo la mitad recibe tratamiento, y de estos sólo la mitad logra tener cifras controlables. Quiere decir que de los 387 millones de personas que tienen diabetes solo 48 millones tienen cifras controladas. México es el país que tiene más casos de mortalidad atribuible a la diabetes”.
La investigadora habló también de los determinantes ambientales, y al respecto citó que el 41% de los adolescentes no cumplen con un mínimo de actividad física y en adultos es el 29%.
En torno a los cambios de hábitos alimenticios, el consumo de calorías en snaks (todo lo industrializado) y bebidas azucaradas se duplicó de 1999 al 2012. Sólo el 34% de los niños cumple con las recomendaciones de consumo de frutas y verduras, agregó.
Y por si fuera poco, todo esto implica un gasto: en nuestro país destinan alrededor de 67 mil millones de pesos a costos de atención de enfermedades o muertes prematuras relacionadas con la obesidad.
Más datos duros
La ponencia de la Maestra Andrea Pedroza Tobías fue rica en estadísticas sobre los problemas que vive México en cuestiones relacionadas con la nutrición.
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Del año 2012 al 2016, bajó apenas en 1% la prevalencia de obesidad en escolares: de 34% a 33%.
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Mientras en 2012 el 34% de los adolescentes tenían sobrepeso y obesidad, para 2016 fueron el 36%.
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Este fenómeno aumentó en los adultos de 71% a 72% en igual lapso.
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En el mismo período se dio un incremento del 6% en la prevalencia de obesidad y sobrepeso en las zonas rurales del país, mientras que en la zona urbana por lo menos se ha estabilizado. “Algo nos esta faltando en las zonas rurales, porque está creciendo aceleradamente y en la zona urbana se está logrando estabilizar”, dijo.
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Por lo que toca a la prevalencia de baja talla, se tiene que es de 33% en las zonas indígenas y en las rurales. La tasa es similar a la de los países más pobres del mundo.
¿Qué hacer?
La investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública consideró que “pequeños cambios pudieran traer efectos muy grandes a nivel poblacional, por ejemplo, una reducción apenas del 1% del índice de masa corporal, a diez años nos evitaría 248 casos de diabetes por cada 100 mil habitantes”.
Refirió estrategias que a nivel mundial se consideran para minar esta situación como: el etiquetado de alimentos, la consejería nutricional, medidas fiscales (impuesto a bebidas azucaradas), intervenciones en el trabajo, campañas en medios de comunicación, regulación de la publicidad e intervenciones en la escuela.
Destacó la aplicación de impuestos a bebidas azucaradas como una de las que ofrecen mayor éxito. Contrario a lo que señalan encuestas financiadas por la industria refresquera , aseguró que sí ha surtido efecto la aplicación del impuesto de 1 peso por litro (10%) aplicado a partir del 2014 en México. Afirmó que en 2014 se logró una reducción al consumo del 6%, y en 2105 una reducción del 8%; mientras que el consumo de agua simple creció al pasar de un 5% al 11. 8 %.
Para cerrar su ponencia, enlistó retos o tareas pendientes:
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Campañas de educación de estilo de vida
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Apoyo a infraestructura para ambientes saludables (actividad física, bebederos)
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Incentivos para la producción de alimentos saludables (frutas, verduras)
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Regulación de publicidad
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Etiquetado nutricional
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Promoción de la lactancia materna
