Europa y el mundo recuperaron el aliento. El amplio triunfo de Macron en Francia venció al extremismo alentado por Trump.
Europa difícilmente resistiría otro extremista irreflexivo. Al mundo le basta y sobra con el que ya está instalado en la aún primera potencia. Los franceses fueron más reflexivos que los norteamericanos.
Ahora la pregunta es ¿cómo nos comportaremos los mexicanos? ¿Se impondrá el extremismo, que tiene muchos argumentos para ilusionar a los más afectados por la globalización? ¿Surgirá un Macron azteca capaz de convencer a los que, sin querer nuevas revoluciones, se duelen de las desigualdades y las injusticias sociales que siguen sin atenderse... y a los que no confían más en los partidos?
Esa es ahora la verdadera pregunta.
¿Seguirá México el ejemplo norteamericano o el francés?. Porque son los países cuyos modelos hemos copiado en nuestra historia como nación independiente.